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  • Foto del escritorTania Verdía Cotelo

Historia de una fecundación In Vivo

La fecundación se basa en la combinación de la genética portada por un ovocito y un espermatozoide para generar un nuevo individuo. Pero, ¿qué travesía deben superar los espermatozoides para fecundar un ovocito?


Vamos a imaginarnos esto como un viaje, un viaje acompañado de 10.000 millones de contrincantes que persiguen nuestro mismo objetivo, fecundar el ovocito. Un viaje de 70cm que debe recorrer nuestro protagonista de 36uM, unos 0.0036cm. Un símil que nos permita entender esto fácilmente sería imaginarnos a una “carrera” de 10.000 millones de personas compitiendo entre ellas durante 34km para llegar a la meta. 


Pero durante esta travesía nuestro protagonista, el espermatozoide, no sólo tiene que hacer frente a sus contrincantes y al estrés que supone estar rodeado de otros 10.000 millones de individuos. Durante la travesía hacia el ovocito hay que superar obstáculos y reservar energía para al final poder romper la cinta de la meta pero, al mismo tiempo, el que llega primero es el que gana, el que fecunda el ovocito.


Poniéndonos en la piel del espermatozoide, miramos alrededor y podemos observar que hay grupos que tienen diferentes estrategias. El grupo de los velocistas, de los rápidos, de los lentos, de los que se niegan a realizar la travesía y de los que se pierden por el camino. Los velocistas quieren ser los primeros pero su energía al final del trayecto no es suficiente para romper la cinta de la meta, llegan sin energía para fecundar el ovocito. Los rápidos al principio se quedan como unos segundones pero al llegar a la meta guardan la energía necesaria para fecundar. Los lentos guardan todas sus energías para llegar a la meta pero llegan tarde, el ovocito ya ha sido fecundado. Los que se niegan a realizar la travesía y los que se pierden por el camino aunque no avanzan en su propósito, ayudan indirectamente a los demás porque atraen todos los peligros hacia ellos. 


Al final de esta competición sólo alrededor de 2 millones de los 10.000 millones de espermatozoides que empezaron la competición, son capaces de llegar al ovocito. Pero lo que es más dramático todavía es que sólo 1 espermatozoide será el verdadero ganador, el que fecunda el ovocito. 


Se debe destacar que in vivo, el tracto femenino juega un papel clave seleccionando los espermatozoides adecuados y dotándolos de las capacidades esenciales para fecundar. De esta importantísima maquinaria es de la que carecemos cuando se realiza una fecundación in vitro. Todo esto se intenta imitar en el laboratorio con espermatozoides descongelados, técnica en la que nos adentraremos en próximos posts.

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